jueves, 22 de julio de 2010

El déficit de la preparación técnica



Hay un marcado déficit de interés hacia la preparación técnica, tanto de parte de los entrenadores como de los mismos jugadores. Hoy, en general, se prioriza la preparación física, la táctica, los juegos y el partido. Esto se debe a que el exitismo predominante en la sociedad actual se traslada inevitablemente a la alta competencia y de esta manera termina pareciendo más importante el triunfo ya, ahora, que el proceso de desarrollo del jugador apuntando a mejores resultados a mediano y largo plazo. Esto no sólo ocurre en el ámbito del profesionalismo y la primera división sino que desde edades tempranas los jugadores ya reciben este mensaje.

Debemos preocuparnos más por la preparación técnica, romper con el “conservadorismo” que predomina hoy en día en relación con este aspecto: como a este tipo de preparación no se le daba importancia antaño, los entrenadores de la actualidad tampoco la enseñan ya que ellos se sienten seguros proponiendo un entrenamiento similar al que les hacían hacer a ellos, el cual –por supuesto– no incluía el necesario tiempo dedicado a la preparación técnica. Antes los chicos tenían tiempo y lugares para practicar muchas de las habilidades con la pelota (patear de distintas formas contra la pared, inventar gambetas, etc.), entonces al llegar a los clubes estos individuos bastante formados técnicamente, no necesitaban tanto de este tipo de preparación, por lo cual se hacía más hincapié en las partes física, táctica y de juego. En cambio, en esta época los potreros escasean y los tiempos son más acotados, lo cual sumado a la influencia de la inseguridad actual, la televisión y la revolución de las computadoras e Internet, da como resultado chicos metidos en sus casas, sedentarios, con poca práctica con la pelota. Esto hace muy necesaria y fundamental la preparación técnica del futbolista, sin por eso dejar de lado lo táctico, lo físico, lo futbolístico, lo intelectual y lo moral–volitivo.

La técnica, en los juegos con pelota, es la respuesta motora que lleva a la práctica la decisión táctica tomada por el jugador para resolver una situación de juego. Al hablar de técnica se hace referencia a los movimientos ideales para solucionar esas situaciones. Esos modelos ideales están representados (o casi) por los grandes jugadores. El mejor nivel técnico se puede ver en el alto rendimiento, tomando como parámetro la complejidad de la situación: es bien distinto realizar un tiro con comba con pelota en movimiento en un partido de amigos 5 vs. 5 en la canchita que queda a la vuelta de casa que en un 11 vs. 11 de la primera división A de Argentina. Aunque se puede ver muy buena técnica en el primer caso, la exigencia no es ni por lejos parecida.

En el fútbol hay muchas técnicas, como por ejemplo: pegada, recepción, conducción (combinada con fintas, gambetas, regates), cabeceo, entre otras, cada una con sus múltiples variantes.

El objetivo de la preparación técnica es alcanzar un nivel técnico óptimo, elevado y estable en situaciones de juego y gran exigencia, para poder competir en alto nivel. Se debe apuntar a la máxima precisión y velocidad de cada gesto técnico.

Lleva muchos años el aprendizaje y automatización de las diferentes técnicas para poder realizarlas bien en situaciones de alta competencia. Sabemos bien que no es lo mismo hacer una “bicicleta” solo, en la calle del barrio, sin adversarios que molesten, que en un partido 11 vs. 11 de la final del mundial. Hay numerosos factores que acomplejan la cuestión y hacen menos probable el éxito de la jugada: número de jugadores, nivel de los jugadores, ubicación de los mismos, situación de juego, resultado en ese momento, espectadores, entrenador, situación de alta competencia y agonística, magnitud del partido, rendimiento en partidos anteriores, etc. Por lo cual debemos reducir lo más que se pueda el margen de error, cosa que se consigue con el constante entrenamiento de la técnica.

La técnica depende de la repetición y bien hecha, si se repite un error, se afianza y automatiza un movimiento mal efectuado. Se debe hacer primero en situaciones de máxima facilidad para pasar progresivamente a situaciones cada vez más complicadas, siempre teniendo como patrón de medida el hecho de que el jugador sea capaz de resolver esos problemas planteados.

Los que más evolucionan y sobresalen son los que más se preocupan, los que más voluntad e inteligencia tienen. Debemos alentar y estimular a los jugadores para que desarrollen estas características.

¿Por qué es importante la técnica? Porque es necesaria para poder ejecutar bien las decisiones que tomamos, generando jugadas acertadas, rápidas y precisas, aún en situación de fatiga. Para esto hay que tener presente:
- Primero y principal, la idea de lo que queremos hacer, tener una clara imagen mental del movimiento. Si no sabemos que queremos realizar, no lo podremos llevar a cabo.
- La práctica continua y la corrección constante. El repetir un error sólo hace más difícil su corrección posterior.
- La automatización. Educar la memoria motora para que el movimiento correcto salga sin necesidad de pensar en cada parte de él. Una técnica está automatizada cuando se puede realizar con éxito en situaciones de gran exigencia en todo aspecto (físico, competitivo, táctico, etc.)

El jugador sudamericano –sobre todo el argentino y el brasileño–, a diferencia del europeo, suele tener mucho tiempo la pelota en los pies; esto sucede porque en general los campos de juego fueron y siguen siendo malos, poceados, de tierra, entonces al agarrar un poco de velocidad conduciendo el balón es difícil pasarla con precisión, por lo cual tiende a seguir con el esférico en los pies. A su vez, dicha situación hizo desarrollar mucho la habilidad de la gambeta, característica distintiva del jugador de estas tierras.

La recepción es una de las técnicas más difíciles de realizar. Esa es la razón por la cual en la argentina, en las divisionales inferiores a la “A”, los defensores juegan muy cerca de los atacantes: al ser mayormente bajo el nivel técnico y malos los terrenos, es muy probable que la pelota les rebote, lo cual hace más fácil su robo.

La técnica debe practicarse en ejercitaciones aisladas pero también integrada al juego, por que en fútbol la técnica se ve influida por muchos factores que no aparecen en las ejercitaciones aisladas: compañeros, adversarios, reglas, espacio, tiempo, comunicación y contracomunicación motriz, etc.

Se debe ensayar constantemente el gesto para automatizarlo y para hacer más agradable su práctica se pueden hacer juegos. Por ejemplo: en lugar de patear sólo contra la pared, jugar contra otro a ver quien le pega más veces al travesaño haciendo un tiro con comba.

Si a uno le sale mal algo –una técnica o cualquier otra cosa– no es porque no sirva como jugador sino porque hizo algo mal y debe corregirlo y perfeccionarlo. Para eso se necesita tiempo y el que lo hace más rápido es el que llega a alto rendimiento

Es bueno aprovechar el tiempo y mezclar la preparación técnica con los otros tipos de preparación, cosa que además aumentará la motivación del jugador. El trabajo técnico–táctico en fútbol es más importante que el físico. Debe haber por lo menos una relación de 60%–40% en tiempo dedicado al entrenamiento de esas cuestiones, pudiendo aumentar el porcentaje de práctica técnica–táctica ya que esto también tiene una importante carga física.

Para tener una buena técnica se necesita una gran capacidad coordinativa y un desarrollo físico adecuado, no máximo. El que no es hábil con el cuerpo, el que es débil, muy fuerte o lento, no suele tener una buena técnica. Estos factores en parte se heredan pero deben desarrollarse en la práctica. En relación con este aspecto, la calidad de la enseñanza es fundamental, ¿Cómo enseñamos nosotros? ¿De manera intencional y programada, con objetivos, método y progresión o de forma espontánea en la cual el jugador aprende de lo que ve y de lo que “le sale”?

El aprendizaje depende fundamentalmente de la repetición (en situaciones aisladas y también en el juego) y la corrección. Si no se repite y no se corrige, no se aprende. También es muy importante la inteligencia, el prestar atención y la concentración. Generalmente los que tienen buenas capacidades intelectuales tienen también buen nivel en las dos.

Para poder resolver y tomar decisiones, hay que tener en cuenta muchas cosas: tiempo, espacio, reglas, compañeros, adversarios, comunicación y contracomunicación motriz, elemento (pelota). También es importantísima la capacidad de anticipación, que tienen muy desarrollada los grandes jugadores; ellos piensan un segundo antes, tienen visión y lectura del juego, por eso resuelven casi siempre bien y sobresalen del montón. Esta capacidad se desarrolla con la práctica deportiva.


FUENTE: futbolche.coma.ar
AUTOR:Prof. Cristian Hanak